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Cultura hoy, futuro mañana. Un año después su mensaje sigue vigente

 


Este año de 2021 al cual le queda por dar sus últimos coletazos, ha estado plagado de desafios. Ha sido el año en que términos como adaptación, resiliencia, flexibilidad, han sido los acordes de una composición cuyos ecos han resonado.

 

Cómo si fueran mantras que hubiera que aprenderse de memoria, si se quería prosperar en un paisaje presidido por la incertidumbre. En este contexto hemos asistido a la paulatina reactivation de todos y cada uno de los sectores socioeconomicos.

 

 

Que debido a la diversidad de políticas y baterías de medidas adoptadas  con el objetivo de paliar los efectos de la pandemia, quedaron en mayor o menor grado lastrados tanto en términos productivos como laborales.

 

Siendo uno de los ámbitos más afectados aquellos que comprenden cualquier actividad que esté vinculada con aquellos procesos creativos, intelectuales o de índole netamente cultural. Ya sean las editoriales, las promotoras de conciertos, las galerías de arte o los festivales de arte urbano.

Detalle de la pancarta en el momento de ser colgada en la Casa Encendida

Entre otras muchas formas de manifestación socio/cultural. Viéndose obligadas a afrontar enormes retos de reestructuracion. Asumiendo consecuencias cuyos sacrificios, tanto a nivel económico como sociolaboral se tardará todavía mucho tiempo en evaluar y consiguientemente subsanar,

 

Por lo tanto habrá que contemplar políticas. Que fomenten el consumo de productos relacionados con algo tan inherente a nuestra condición como seres humanos y como personas civilizadas como es la cultura. Sin cuya presencia desde los albores de los tiempos no hubiéramos alcanzado nunca los estándares de progreso de los que gozamos en buena parte del mundo en la actualidad.


Realizada en 2020, la intervención titulada Cultura hoy, futuro mañana, de la ilustradora Anastasia Bengoechea, reclama la legitimidad de la protección jurídica hacia el mundo de la cultura en tiempos de pandemia. 


En este contexto y con el objetivo de establecer un entorno de comunicación mediante el que concienciar al resto de la sociedad sobre las cuantiosas perdidas económicas producidas en el sector de la industria cultural. Traducidas  en términos tangenciales  en el incremento de decenas de decenas de miles de desempleados y miles de negocios cerrados.

 

Han aflorado multitud de iniciativas cuyas actividades han estado dirigidas a la opinión pública. Entre este marasmo de creatividad altruista y solidaria a mi me siguen impresionado la intervención que la ilustradora Anastasia Bengoechea llevo a cabo en la fachada del Centro Cultura de la Casa Encendida de Madrid.

Diferentes bocetos con ideas a partir de los que trabajo la autora

Presentada por estas fechas hace un año, la autora responsable de la ilustracion de volúmenes como Monstruo Spaguetti, o Chicas internet (entre otros titulos). Apuesta en esta ocasión por el minimalismo más absoluto en términos esteticos, para dejar patente la carestía de medios y de financiación por la que pasa un sector tan estratégico y vital como es el de la cultura.

 

De cuya fecundidad depende la prosperidad de cientos miles de familias en España. Titulada Cultura hoy, futuro mañana, la campaña que fue apoyada por diferentes entidades y colectivos se completaba con el reparto de documentación destinada a la ciudadanía. Donde se argumentaba las razones por las que es imprescindible crear un entorno jurídico laboral que garantice a los autores, creadoras y organizadores de eventos unos instrumentos que les proteja en situaciones de desamparo como la de esta pandemia que todavía no ha finalizado.

 

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Realizada en blanco y negro, el eslogan que se representaba en el cartel que se extendía a ambos lados de la fachada principal del centro cultural, simbolizaba la constatacion de que cada vez mas ciudadanos valoramos la actividad cultural, como un pilar básico y estratégico cuya productividad económica beneficia al conjunto de la sociedad. 



Empire Drive-In, ver cine desde coches reciclados


Los autos cines o drive-in fue un modelo de exhibición cinematográfica creada en la década de los años 30´s en los Estados Unidos, llegando haber 4.000 establecimientos a finales de los años 50´s. En la actualidad practicamente han desaparecido siendo su presencia anecdótica.

Concienciados con su entorno y preocupados por la cada vez menos vigencia de los productos debido a la obsolescencia programada. El colectivo Empire Drive-In formado por artistas, diseñadores ecológicos y amantes del séptimo arte. Deciden reutilizar viejos modelos de vehículos incorporándolos como mobiliario a partir del que ofrecer sesiones cinematográficas, que tiene como escenarios parques publicos o áreas industriales. 

La experiencia que tiene como objetivo explorar nuevas formas de participación ciudadana, a partir del reciclaje de un elemento tan común en nuestras ciudades como son los coches y la organización de actividades culturales en el espacio publico como, conciertos de música, espectáculos circenses, representaciones teatrales, perfomances. Actividades que sirven como complemento de los pases de cine.

Inicialmente se creo Empire Drive-In específicamente para la película documental Flood Tide (Marea Diluvio) del cineasta Todd Chandler, historia que nos narra la relación de un grupo de amigos en una ciudad post-industrial. Que sobreviven reutilización de forma creativa los deshechos que recogen en las margenes de un rió que transforman en su casa. 

La idea con Empire Drive-In fue la de construir un lugar que se sentía como la propia película. Con sede en New York donde acaban de iniciar su segunda temporada, según sus promotores ED-I pretende ser un proyecto nómada en el que a través de dispositivos temporales a gran escala construidos a partir de autos desechados y materiales recuperados, acercar a un publico a través de su participación activa diferentes propuestas escénica. Habiendo construido Empire Drive-In en las ciudades de San José en es estado de California y Manchester en el Reino Unido.


Station to Station, arte en el tren


El proyecto nómada artístico Station to Station (de estación en estación), fue anunciado por su precursor, el artista con sede en New York y Los Ángeles Doug Aitken hace poco mas de medio año suscitando una gran interés, debido a su magnitud y a su planteamiento. 

El comboy ferroviario compuesto por nueve unidades, esta cubriendo la distancia que media entre la costa este y la costa oeste de los Estados Unidos. Habiendo iniciado su periplo el día 6 de Septiembre en la ciudad de Nueva York y finalizando el próximo día 28 en Los Ángeles.

Entre tanto el tren hará escala en otras siete ciudades, hasta completar las nueve candidatas que finalamente han sido las agraciadas para formar de tan singular iniciativa. Y de las que se puede seguir su calendario de actividades en directo a través de su web y de las plataformas sociales.

STS tiene planteados dos objetivos, uno que su presencia en las diferentes localidades donde recala sirva como plataforma, desde la que proyecta la cultura local a través de su comunidad, y de  las diferentes disciplinas manifestaciones a través de las que se manifiesta; cine, música, artes plásticas, instalaciones, street art, fotografía...

Y un segundo objetivo económico, con el que a través de las pequeñas aportaciones tanto de los colaboradores, como de las miles de personas anónimas que están asistiendo a cada una de sus convocatorias. Crear un fondo con el que financiar los gastos de administración del evento, destinando una parte de los donativos a un fondo sin animo de lucro donde participan nueve de las mas importantes instituciones culturales del país.

El tren donado en cuya decoración han participado aparte del propio Doug, artistas como Ernesto Neto, Urs Fischer o cineastas de culto Kenneth Anger (entre una larga lista). Diseñado como una escultura cinética de luz cuyo contenido único pretende transmitir sus experiencias a la audiencia global. La caravana concebida como una reproducción de una sociedad en constante cambio, pretende ser un foro de debate mediante el que dar respuestas a las grandes cuestiones y retos de nuestra civilización.